Balcón
Esa noche comimos y bebimos poco. Después fui con el anciano hasta la cama de la hija y enseguida él salió de la habitación. Ella no había dicho ni una palabra; pero apenas se fue el anciano miró hacia la puerta que daba al vacío y me dijo:
¿Vio cómo se nos fue?
¡Pero señorita! Un balcón que se cae...
Él no se cayó. Él se tiró.
Bueno, pero...
No sólo yo lo quería a él; yo estoy segura de que él también me quería a mí; él me lo había demostrado.
Yo bajé la cabeza. Me sentía complicado en un acto de responsabilidad para el cual no estaba preparado. Ella había empezado a volcarme su alma y yo no sabía cómo recibirla ni qué hacer con ella.
Ahora la pobre muchacha estaba diciendo:
Yo tuve la culpa de todo. Él se puso celoso la noche que yo fui a su habitación.
¿Quién?
¿Y quién va a ser? El balcón, mi balcón.
Tomado de «El balcón», en Nadie encendía las lámparas (1947)
Felisberto Hernández
¿Vio cómo se nos fue?
¡Pero señorita! Un balcón que se cae...
Él no se cayó. Él se tiró.
Bueno, pero...
No sólo yo lo quería a él; yo estoy segura de que él también me quería a mí; él me lo había demostrado.
Yo bajé la cabeza. Me sentía complicado en un acto de responsabilidad para el cual no estaba preparado. Ella había empezado a volcarme su alma y yo no sabía cómo recibirla ni qué hacer con ella.
Ahora la pobre muchacha estaba diciendo:
Yo tuve la culpa de todo. Él se puso celoso la noche que yo fui a su habitación.
¿Quién?
¿Y quién va a ser? El balcón, mi balcón.
Tomado de «El balcón», en Nadie encendía las lámparas (1947)
Felisberto Hernández
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