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Sólo puedo ofrecer catástrofes. Elija:

huracanes, terremotos, tsunamis

-tengo una amplia variedad-

(sé que hay catástrofes vírgenes en mis manos).

Busco un remanso, un lugar para descansar

sin tic-tac, tic-tac, tac-tic

algo que me ampare de extravíos graves

entre olas, entre vientos, entre grietas

un reloj que marche de a ratos

a pausas, a temblores observados

y prudentes

una nube aislada, una cajita

una gruta vacía donde acurrucarme.

 

5 comentarios

[Anaïs - 10 de junio de 2006 - 15:52]

c'était pas comme ça, du beurre.

[Anaïs - 04 de junio de 2006 - 20:34]

no, no, Gaby. A las graves las dejé por ahí. Me quedé con las catástrofes mantequita, que duran por un rato. (Atrás de sus nubes y relojes, hay solcitos).

[Gaby - 04 de junio de 2006 - 17:24]

Uhhhhh, chica, hubiera dejado las catástrofes en otro lugar del mundo! Definitivamente, hay que dejarlas y aprender a vivir sin ellas!

[G. - 31 de mayo de 2006 - 16:23]

No es mía, che.

[Anaïs - 31 de mayo de 2006 - 14:47]

G: disculpe el hurto de su última palabra.