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eNie dE eLeFaNte

Jardín clausurado

Ayer por la mañana alguien vino a clausurar mi cuerpo.
Patearon la verjita blanca y rompieron la cerradura, arrancaron mis rosas, pisotearon sus pétalos, llenaron los pozos con piedras, cerraron la fuente y escupieron los canteros. Alguien saltó sobre la flor violeta y ató la cinta. Después se fue.
(Algo así como si los dioses estuviesen jugando a la guerra).
Para que nadie pueda ya, soplar sobre este valle eterno; ni besar mi ombligo, en algún invierno.
Para que no puedan secar tus besos, ni borrar tus huellas, ni llorar mis rosas, ni marcar pisadas en el barro.
Ayer por la mañana decidí clausurar mi cuerpo.
Para que nadie nunca pueda, amor, tener tus cosas.

1 comentario

Anónimo -

Una sensacion hermosa,como de haber leido estas palabras en otra vida...